Qué silla para trabajar comprar: recomendaciones de ergonomía, si tienes un trabajo de oficina, tarde o temprano acaba doliéndote la espalda. Puede ser por malas posturas, por no realizar las pausas y ejercicios pertinentes, por una silla inadecuada… o por todo a la vez. La verdad es que no hay milagros, pero elegir una buena silla y seguir las recomendaciones de profesionales puede ayudarte a evitar ese trance o a minimizarlo. Y si pasas muchas horas en tensión jugando con frecuencia, más de lo mismo. En esta guía de compra de sillas para trabajar y jugar vas a encontrar qué tener en cuenta a la hora de elegir un modelo y una variedad de sillas de diferentes tipos y presupuestos
Buena y mala postura frente al ordenador
Que levante la mano aquél que no haya oído alguna vez, ya sea procedente de un profesor o de nuestros padres, eso de -siéntate bien-. Quien más quién menos tiene claro que es importante estar con la espalda recta, algo que teóricamente debería lograrse posicionándola pegada al respaldo de la silla. Del mismo modo. También es conveniente trabajar con las piernas dobladas. Formando un ángulo recto en las rodillas, y teniendo los ojos a la altura de la pantalla. Qué silla para trabajar comprar: recomendaciones de ergonomía, de esto nos queda claro que una silla ergonómica sería la que nos permitiese cumplir estas premisas, independientemente de cómo seamos.
Ahora bien, la ergonomía está en cierto modo reñida con la comodidad. Hace un tiempo preguntamos a una serie de fisioterapeutas por cómo debería ser la silla ideal. Nos sorprendieron explicando que una silla cómoda va a hacer que no nos movamos. Algo que a la larga, significa dolor. Además, la comodidad no minimiza los dolores de espalda.
Uno de los expertos entrevistados incidía en que tenemos que -levantarnos y realizar estiramientos (cuello, espalda, brazos y piernas) al menos cada dos horas para evitar el entumecimiento de las piernas por falta de circulación sanguínea y la sobrecarga de los músculos.-
Así que insistimos: hay que moverse. Si logramos esta meta, podemos apostar por modelos que nos ofrezcan comodidad para que, el rato que estemos sentados, lo hagamos con confort pero sin descuidar nuestra postura.
Diseño: que sea ajustable es lo más importante
Al margen de acabados, formas y colores llamativos que vamos a encontrarnos en muchas sillas gaming y cuya principal misión es estética, procedemos a trazar un esbozo de cómo debe ser una silla para pasar muchas horas en ella.
Como cada persona es un mundo y tiene unas características diferentes – no solo altura o peso, también curvatura de la columna o incluso dolencias). Es esencial que la silla a elegir sea lo más ajustable posible. Que tenga ruedas es un básico, ya que nos ayuda a movernos en la mesa de trabajo evitando las posiciones forzadas.
El parámetro ajustable por excelencia presente en el grueso de sillas de oficina y gaming es la altura. Aquí el objetivo es que los pies queden posados en el suelo con la cadera ligeramente por encima de las rodillas. Formando un ángulo recto para que la postura de la pelvis sea neutra. Asimismo – aunque con esto podemos jugar con la altura del monitor de trabajo – es deseable tener la pantalla enfrente de los ojos, para que no forcemos el cuello.
Poderse inclinar hacia atrás abre las puertas a una mayor -comodidad-, si bien ha de poder distribuir adecuadamente nuestro peso y soportarlo con holgura. En todo caso, más que inclinación, lo importante es que pueda bascular para soportar cambios de postura, inclinaciones…
Es recomendable que nuestra silla de trabajo tenga reposabrazos, lo que nos permite apoyar los codos y ayudar a levantarnos, pero también que estos puedan retirarse. Y es que si tenemos que acercarnos a la pantalla – ya puede ser para observar con detalle lo que hay en un cofre o mirar celdas de Excel –. Qué silla para trabajar comprar: recomendaciones de ergonomía, mejor retirarlos para que no golpeen contra la mesa y nos limiten. Y un plus muy deseable: que estos también sean ajustables.
En nuestra guía de compra según los expertos una cuestión -polémica- fue la presencia de cojín lumbar. Y es que mientras que una leve prominencia es útil para el apoyo de esta parte de esta zona. Hay que tener en cuenta que no todos tenemos la columna igual, por lo que mejor apostar por una silla neutra. En caso de incluirlo, que el cojín lumbar sea regulable.
Algo totalmente opcional que solemos encontrar en sillas inclinables es el reposapies. En este sentido, basta con ajustar la altura adecuadamente. Además, las ruedas y las patas también nos permiten apoyarnos en ella.
Materiales: buscando la resistencia y la comodidad
En una silla en la que vamos a pasar muchas horas lo deseable es que sea robusta y resistente, tanto en sus elementos mecánicos – como ruedas y palancas – como estructurales. Con materiales como el acero o el nylon entre los más interesantes. Y sin olvidar que la parte textil es la que está en contacto con nosotros.
De series tan icónicas como Mad Men nos traen a la mente sillas de cuero, pero más allá de esa sensación aspiracional de lujo, hay materiales que estéticamente lucen muy bien. Con alta resistencia y que además favorecen la transpiración. Porque con el cuero en verano te vas a pegar. En las gamas más asequibles nos encontramos con PVC, poliuretano y variantes que emulan la piel con más o menos acierto.
Así, merece la pena perder un poco de tiempo y comprobar que el tejido – o la combinación textil – sea transpirable, hipoalergénico y que no resbale.
También es importante prestar atención al relleno: no ha de ser ni muy rígido ni muy blando, de modo que nos -acolche- ante la estructura para que resulte cómodo pero que mantenga la forma. En este sentido, lo mejor es probar la silla si tienes oportunidad antes de comprarla.