En un mundo cada vez más móvil e interconectado las empresas se enfrentan a la necesidad de ofrecer nuevas formas de trabajo que proporcionen a sus empleados los recursos necesarios para que desempeñen su función de manera eficiente.
De acuerdo con datos de la disciplina en Corporate Real Estate, la flexibilidad y la tecnología son las dos piedras angulares de los nuevos modelos de trabajo en las grandes urbes globales. Datos de la empresa de servicios inmobiliarios JLL demuestran que desde 2010 en América Latina, el mercado de espacios flexibles ha crecido 23% por año en la región. Asimismo, 3.6% del total del stock de oficinas Clase A y Clase AB (900.000 metros cuadrados) es ocupada por proveedores de espacios flexibles.
Esta modalidad de flexibilidad es cada vez más solicitada por usuarios millennials y centennials (las próximas generaciones de empleados) quienes buscan espacios de trabajo que promuevan la interacción, traduciendo este fenómeno en eficiencia y optimización de espacios para las compañías.
Asimismo, los espacios flexibles también se han transformado del modelo pionero de coworking enfocado en freelancers a start-ups orientados a usuarios de oficina tradicionales con sitios multifuncionales dentro de un único diseño de oficina, es decir, espacios para tareas particulares como capacitación, concentración, colaboración y socialización. Estos espacios basados en actividades, impulsan que ningún empleado tenga una estación de trabajo asignada o fija.
Entre los beneficios de esta práctica está el mejoramiento de la satisfacción y el rendimiento de los empleados, además, pueden reducir considerablemente el área de oficina requerida, optimizando el uso del espacio existente. De acuerdo a más de cincuenta estudios de uso de espacios llevados a cabo por JLL en oficinas de empresas provenientes de distintos rubros dentro de América Latina, la tasa de vacancia promedio en las oficinas tradicionales es del 40%. Esto significa que un alto porcentaje del espacio de oficinas podría ser reasignado o reducido mediante la aplicación de conceptos de uso más inteligentes como lo es la flexibilidad.
Al respecto, Arturo Bañuelos, Director General de Administración de Proyectos y Desarrollos de JLL México menciona que uno de los actuales desafíos a los que se enfrentan las empresas es la atracción y retención de trabajadores calificados que no gustan de las oficinas tradicionales, lo que orilla a las compañías a proporcionar espacios que aporten un equilibrio laboral entre las tres tipos de generaciones laborales, baby boomers, generación x y millenials por lo que esta modalidad continuará en aumento.
Asimismo, un análisis de JLL sobre los diferentes mercados de América Latina revela que México ocupa el primer lugar en términos de oferta de oficinas flexibles con 300 mil metros cuadrados, seguido por Argentina (177 mil metros cuadrados) y Brasil (153 mil metros cuadrados); sin embargo, sobre la base estimada de demanda de usuarios corporativos, JLL anticipa que, en promedio, 15% del stock total de oficinas en cada mercado será flexible para 2030.
Otro elemento detrás de estos cambios que permite la aplicación de prácticas de trabajos flexibles es la tecnología, factor que está redefiniendo los lugares y las formas de trabajo.
Entre las ventajas que la tecnología aporta a las nuevas formas de trabajo se encuentran automatizar procesos para conseguir mayor productividad en las jornadas de trabajo, incorporación de nativos digitales en las plantillas de personal, atracción y retención de talentos adecuados a los objetivos de la empresa, además de impulsar la opción de consultores independientes y trabajadores eventuales contratados a través de mercados virtuales.
De igual forma, en las oficinas, la adopción de la tecnología permite espacios con ubicaciones estratégicas para fomentar la innovación, interacción y capacitación de talento, superficies flexibles y adaptables tales como oficinas con servicios y espacios de trabajo compartidos así como una óptima conectividad al interior y exterior de las compañías.
De esta manera las empresas que logren ajustar la flexibilidad y la tecnología como modelos de trabajo, estarán preparadas para un futuro exitoso.